Era una vez un hombre

Era una vez un hombre, que buscaba, buscaba vida, buscaba en el aire, en el mar, en las montañas, en los cielos, perseguia el viento en el horizonte pensando en encontrar, buscaba saber, buscaba palpar cada cosa de esta tierra, buscaba saborear cada gota de rocio que quedaba sobre las hojas y cada fruto que crecia y maduraba, buscaba tratando de saciar el hambre de su alma, por mas que buscaba , por mas lejos que llegaba siempre sentia que su hambre crecia mas y mas, miraba atraves de las aguas el reflejo de su rostro ya gastado, su cuerpo cansado de tanto andar, la luz de su antorcha casi extinguida, se preguntaba, donde mas debo ir?, que dirección debo tomar?, si he vivido en todas partes, y jamas he calmado esta sed que no me deja. Pero el hombre siguio caminando, aunque con menos fuerza siguio adelante, habia algo que no lo dejaba desmayar a pesar de todo. Cada dia era un nuevo comienzo un nuevo afan. El hombre que buscaba incansablemente, un dia entro en la selva mas espesa que existia, un lugar que jamas habia conocido ningun hombre, un lugar en el fin del mundo. Dice la leyenda que el hombre abrazo la tierra, se hizo parte de ella y dejo que la naturaleza se apoderara de el, siendo transportado por la brisa y la lluvia, en un viaje interminable. La verdad es que nunca mas se supo de el, nadie sabe si encontro lo que buscaba, si habia logrado finalmente saciar su sed. Les digo algo?, personalmente creo que lo logro, que consiguió lo que tanto anhelaba, lastima que el jamas volvio para contarlo.